Son tus besos la vida misma
tu mirada, el éxtasis
y nuestras voces complementadas amor del firmamento
fruto prohibido
cautiverio de placer
dicha
Tu rostro, noche melancólica
en el cual sitúa el pavor al júbilo
a un naciente alba
[...]Todos comprenden el dolor que se relaciona con la muerte, pero el verdadero dolor no está presente en el espíritu. No está en el aire ni en nuestra vida, ni en estas terrazas llenas de humo. El verdadero dolor que mantiene despiertas las cosas es una pequeña quemadura infinita en los ojos inocentes de los otros sistemas[...] Federico García Lorca ~