Que el silencio calle sus voces
en la muerte de nuestros días grises
Que sus látigos rasguñen
las ventanas del alma
y se disuelva en las sombras
Que calle las voces aquel silencio
no deseo acariciar los brazos de la muerte
14/09/07
[...]Todos comprenden el dolor que se relaciona con la muerte, pero el verdadero dolor no está presente en el espíritu. No está en el aire ni en nuestra vida, ni en estas terrazas llenas de humo. El verdadero dolor que mantiene despiertas las cosas es una pequeña quemadura infinita en los ojos inocentes de los otros sistemas[...] Federico García Lorca ~