Querida amiga: te escribo unas palabras de aliento, ya que personalmente no podré expresarme de la mejor manera, y de la que quiero realmente. No me atrevería a decirte cada una de mis palabras, que aunque no solucionen algo en particular, sanarían un poco el dolor momentáneo... si así se lo puede llamar. Creo que hay un mundo detrás del nuestro, detrás de un cuerpo, detrás de un cielo, y que nada termina, ni terminara así de simple. La memoria es algo que nadie podrá borrar de nuestra piel, ni todos los días vividos, que son y serán recordados. Y como leí un día por ahí, diría: “No llores por que se fue, sonríe por lo que sucedió”. ¿O a caso no podrías estar orgullosa de que formo, y formara parte de tu vida? y del gran tesoro que tienes a tu lado. Recuerda... de todo pesar se saca fuerzas, se aprende, te cambia, y te hace madurar de tal manera, que no sueles darte cuenta por momentos. Pienso que de nada sirve lamentarse, o sufrir en estos instantes, puesto a que el no lo deseo así, Dios no pretendió dejar dolor con la muerte; aunque en verdad para mi, nuestra existencia es inmortal, ya que... alguien en el mundo vivirá con un recuerdo, una palabra, y gracias a que fue parte de su vida, sacara energías y seguirá adelante, por que todos dejan algo en nuestro corazón. Si alguien se marcha, cumplió y cumplirá siempre su objetivo.
* Fallece el marido.
* Fallece el marido.